Veo a algunos amigos demasiado preocupados acerca de la actitud que deben adoptar en los comicios del próximo 5 de julio. La disyuntiva que les devana la cabeza y corazón es si deben anular o no su voto ante la paupérrima oferta de ideas, propuestas y candidatos propuestos por el mundillo político local. Como ya muchos sabrán, en mi calidad de extranjero no voto, así que puedo dormir bastante más tranquilo que mis amistades, sin tener que recurrir a pensamientos muy profundos para tener que justificar mi conducta cívica.
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