El estacionamiento es un tema de movilidad y desarrollo urbano, no de derechos del consumidor. Cobrar por su uso no sólo es justo, sino también necesario. [Leer +]
El escenario es una tormenta perfecta: menos estacionamiento fuera de la vía, más estacionamiento ilegal en la vía, más desorden, más congestión. [Leer +]
Después de todo, la lucha pacífica por la independencia de un país y la oposición a la instalación de unos parquímetros son más o menos lo mismo. [Leer +]
El problema no son los parquímetros, sino la debilidad con que se aplica el estado de derecho en el espacio público en nuestra ciudad, y que es parte fundamental para el correcto funcionamiento del sistema. [Leer +]
El problema de fondo de los parquímetros es que usualmente son presentados como un sistema para generar recursos, y no como una herramienta efectiva para regular un bien escaso como es el estacionamiento en la calle. [Leer +]
El edificio más alto de Europa sólo cuenta con 48 cajones de estacionamiento para abastecer a las 12 mil personas que trabajarán y vivirán en sus 87 pisos. [Leer +]
Ha costado demasiado instalar parquímetros para que el servicio sea operado con tanta displicencia. Los que se oponen a ellos encontrarán un montón de argumentos a favor de su causa si se dan una vuelta por la Virreyes. [Leer +]
Aprovechando que en estos lados la apropiación de lo público no sólo es tolerada, sino además bien vista, propongo que la ocupación del espacio de estacionamiento con todo tipo de objetos sea obligatoria. Los efectos en tráfico del Programa Cubeta Libre pueden ser positivos. [Leer +]