Si se pide la opinión de los automovilistas, estos dirán que un sistema de cinco glorietas integradas dentro de una mayor es un infierno, producto de una mente enferma que sólo ha manejado autos en videojuegos. [Leer +]
El problema no es la falta de infraetructura, sino el exceso de autos. Santiago no está condenado a Vespucio Oriente, una solución que sólo promueve el uso del automóvil y destruye el espacio público. [Leer +]
Ponga estas cuatro frases en una licuadora y entenderá perfectamente la inspiración, forma y dimensiones de todas las Supervías, Megavías y Ultravías que con tanto denuedo y dedicación gobernadores y alcaldes quieren dejar como legado para las futuras generaciones [Leer +]
En la ciudad contemporánea estamos condenados a que las superficies destinadas a vialidad sean mayores que las de las áreas verdes, pero que una persona tenga a su disposición tres veces más metros cuadrados de pavimento que de parques y plazas nunca sonará muy bien. [Leer +]
En las ciudades normales generalmente hay una relación directa entre densidad y superficie urbanizada destinada a vialidad. En México es al revés. [Leer +]
¿Por qué pedir un cajón por vivienda si con 0.5 basta y sobra en áreas bien equipadas y que cuentan con buen transporte público? ¿Es necesario exigir calles de cuatro carriles en conjuntos donde los autos pasan tarde, mal y nunca? [Leer +]
Créase o no, Mondrian y van Doesburg se encontraron diseñando calles en Tijuana. En aquella ocasión continuaron con su distanciamiento de años [Leer +]
No hay que ser un doctorado en la materia para saber lo que va a pasar con los segundos pisos y la gran mayoría de las carreteras intraurbanas; la experiencia nacional e internacional es clara y concluyente al señalar su rápida obsolescencia [Leer +]